Volar, aunque no lo parezca, es sano.
Algunos motivos son:
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Alivio del estrés. Algunos psicólogos
indican que intentar realizar actividades de cierto riesgo es
fundamental para la continuidad de la vida humana. Cuando las
practicas, toda tu capacidad de concentración se encuentra en esa
actividad . En ese momento en tu mente no
hay nada más, todas las preocupaciones y rutinas de la vida cotidiana,
simplemente. Ese gasto de energía en concentrarte junto a la liberación
de la adrenalina te hace sentir más limpio física y mentalmente.
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Beneficios físicos: ejercitación de
brazos para controlar el paracaídas y de los músculos más grandes de la
parte inferior de tu cuerpo, así como tonificación y quema de energía,
con el bienestar que sabemos que toda actividad física sana nos da.
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Te enfrentas a tus miedos. Si eres capaz
de saltar en paracaídas, puedes hacer cualquier cosa. Te das cuenta de
que eres más fuerte psicológicamente de lo que pensabas y enfrentar
otras situaciones de la vida que te dan miedo, te resultará más fácil.
Si te enfrentas a este deseo a pesar del miedo, podrás enfrentarte a
todo.
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Cambio de perspectiva de las cosas.
Nuestros temores nos limitan. Si das el “salto” te darás cuenta de que
las cosas , en general, no son tan difíciles como te parecían.
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Confianza en ti mismo:
el paracaidismo es toda una inyección de autoconfianza en ti mismo.
La sensación, tras probarlo es la de una gran satisfacción, como cuando
consigues algo que querías con mucha fuerza. Esa sensación,
multiplicada por diez es la que se siente tras el gran salto.
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La Adrenalina es vital para la supervivencia.
Tras una descarga como ésta, te sientes mejor contigo mismo, más
joven, vital y lleno de energía. También te ayuda a tener un control
mental sobre las cosas más grandes. Todo cambia cuando das el primer
paso para saltar del avión.
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Concienzación de la belleza. ¿Nunca te ha
pasado, que tras acudir a un paraje precioso, increíble, mientras se te
corta la respiración, piensas: nunca me había dado cuenta de que el
mundo fuera tan bello? Desde el aire, la visión de las cosas cambia.
Observar el paisaje de nubes, el mar, horizonte, el inmaculado azul del
cielo…la belleza de tu alrededor, hace que tomes conciencia de la
belleza allá donde la encuentres.
